No tener un plan claro: Es como querer construir una casa sin planos. Publican sin un objetivo, sin saber a quién le hablan o qué quieren lograr. Esto lleva a contenido inconsistente y resultados pobres.
Ignorar a su audiencia: Creen que todos son sus clientes. No investigan quién realmente se interesa en su producto o servicio, y por eso su mensaje no conecta con nadie en particular.
No interactuar: Usan las redes sociales como un megáfono, solo para hablar de sí mismos. Se olvidan de que son «sociales», y no responden comentarios ni mensajes, perdiendo la oportunidad de construir relaciones y lealtad.
Ejemplo de la vida real: Imagina un emprendedor que vende artesanías únicas. Si solo publica fotos de sus productos sin interactuar, sin un plan de a quién quiere llegar (¿coleccionistas, regalos especiales?) y sin responder a quienes preguntan, es muy probable que sus ventas en línea sean bajas, incluso si sus productos son excelentes.